Si existe una madre perfecta, definitivamente tiene que ser la que aprendió a cuidarse a si misma.
Si, desmontemos el paradigma de la madre sacrificada. De esa madre que constantemente se posterga para hacer felices a los demás.
La que se olvida constantemente de sus sueños para vivir en función de dar a otros (ojo no tiene que ver únicamente con la madre que tiene hijos de su vientre o adoptados, sino con la que adopta a sus padres como hijos, a su pareja y a todos.
Desmontemos este paradigma porque eso no es ser una buena madre, eso es explotación.
Y no, no es amor y no, tampoco es sano, esto solo crea mujeres insatisfechas con la vida, frustradas, cansadas, infelices.
No es amor porque esa madre no se está amando a sí misma. Entonces ¿cómo puede dar amor a otros?
Y no, no es sano, porque una mujer con el corazón desdichado no puede sostener plenamente a nadie.
Así que ya liberemos el corazón de estos estereotipos. Y vamos a atrevernos a ejercer una maternidad más libre y consciente con el sagrado oficio de ser madre.
Yo quiero ser así, como me ves en la foto, siempre una madre salvaje, fiel a sus instintos de mamá feliz.